TONOS INTERMEDIOS


TONOS INTERMEDIOS

27.4.06

LA FURIA DE LA TRISTEZA





Habia una vez...
Un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura
donde nadaban peces de todos los colores
existentes y donde todas las tonalidades
del verde se reflejaban permanentemente...
Hasta aquel estanque mágico y transparente se
acercaron la tristeza y la furia para bañarse en
mutua compañia.
Las dos se quitaron sus vestidos y , desnudas,
entraron en el estanque.
La furia, que tenía prisa (como siempre le
ocurre a la furia), urguida sin saber por qué,
se bañó rápidamente y, más rápidamente aún,
salió del agua...
Pero la furia es ciega o, por lo menos, no
distingue claramente la realidad. Así que,
desnuda y apurada, se puso, al salir, el primer
vestido que encontró...
Y así, vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calmada, muy serena, dispuesta como
siempre a quedarse en el lugar donde está,
la tristeza terminó su baño y, sin ninguna
prisa o, mejor dicho, sin conciencia del paso
del tiempo, con pereza y lentamente, salió
del estanque.
En la orilla se dio cuenta de que su ropa ya
no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza
no le gusta es quedarse desnuda. Así que se puso
la única ropa que había junto al estanque: el vestido
de la furia.

Cuentan que, desde entonces, muchas veces uno
se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y
enfadada. Pero si nos damos tiempo para mirar
bien, nos damos cuenta de que esta furia que
vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz
de la furia, en realidad, está escondida la
Trizteza...